sábado, 9 de febrero de 2008

Leyes, Violaciones e Historia


Cómo nuestros ilustrados lectores habrán notado, en la semana que termina la Constitución de 1917 ocupó, aunque fuera momentáneamente, un espacio importante en periódicos, caricaturas, artículos de opinión y blogs como el que ahora están visitando. En la mayoría de los casos, hubo una temática recurrente que se utilizaba a modo de crítica: NADIE cumple con la Constitución. De hecho TODOS la violan, por lo que se concluye que nuestra Carta Magna es tan virgen, pura y santa como la niña Tomasa de "El Evangelio de las Maravillas". El post más reciente del quinto Beatle Raúl es un buen ejemplo de esta clase de argumentos, que destacan cómo la constitución no sólo se ha cumplido a medias, sino que también ha sido modificada según la arbitraria voluntad de los políticos.

Aunque estoy de acuerdo en el hecho de que la constitución no se ha cumplido nunca a cabalidad, también creo que una crítica que sólo se ocupe de este hecho es incompleta al menos en dos sentidos.

Primero, trataré de ver el asunto desde el punto de vista del historiador. Y aquí mi pregunta es: ¿debemos limitarnos a criticar las leyes sólo porque no se cumplen? Si así fuera, nuestro análisis sería muy pobre, pues a lo largo de la historia ninguna ley se ha cumplido al pie de la letra, tal y como la mayoría lo exige para la constitución. En este caso el historiador se la pasaría diciendo: "ley electoral de 1857: pinche ley, valió madre porque nadie la cumplía, todos los cabrones políticos de la época hacían fraude, llenaban boletas, acarreaban votantes, etcétera". Y así sucesivamente.

En segundo lugar, creo que la posición desde la cual critica el Beatle Raúl nos lleva a una especie de "callejón sin salida ciudadano", por llamarlo de algún modo. Me explico. Según Beatle Raúl, si los políticos se han encargado de que la Constitución no se cumpla, la solución es hacer una nueva constitución. Pero aquí nos topamos con el problema de que muy seguramente la nueva constitución también va a ser felizmente violada por la muy degenerada clase política que nos gobierna. ¿Cuál es entonces la solución? ¿La anarquía? ¿Castrar a los políticos?

¿Cómo abordar entonces este por demás espinoso asunto? Van aquí algunas ideas. En lo que se refiere al análisis histórico, limitarse a criticar las leyes porque no se cumplen es como criticar a los hacendados porque explotaban a los peones del campo. Bueno, si, eso ya se sabe. Los ricos joden a los pobres, las gallinas de arriba cagan a las gallinas de abajo. Ley de la gravedad. Lo que trato de decir es que si estudiamos historia para concluir que las leyes se violan o que los pobres son explotados, pues no decimos gran cosa. Creo que la legislación se puede estudiar desde muchos otros enfoques y no solo desde una perspectiva de cumplimiento/no cumplimiento. La existencia de cualquier ley es ya un indicio de ciertos objetivos, ideas y valores y su incumplimiento (no solo por parte de los políticos, sino también de los ciudadanos y el pueblo en general, que también son especialistas en esto de las violaciones) también nos dice mucho acerca de las condiciones de vida de una sociedad en una etapa histórica cualquiera.

Por otro lado, creo que debemos considerar que no sólo los políticos tienen poder para violar la Constitución o cualquier otra ley. En eso de las violaciones, los ciudadanos tienen también una buena parte de responsabilidad y creo que los ejemplos abundan. En este caso creo que más que fijarnos en el cumplimiento o no de la ley, hay que destacar el problema de la JUSTICIA, pues ley y justicia a veces se parecen pero no siempre son lo mismo ¿Cuántas veces no hemos sabido de sentencias judiciales que se apegan a la ley pero que claramente son injustas? ¿O de casos en los que la ley es injusta o restrictiva y precisamente por eso se viola?

Obviamente, no estoy tratando de otorgar una respuesta a la disyuntiva final planteada por el Beatle Raúl. Mi oobjetivo más bien fue tratar de ver las cosas desde otros puntos de vista que me parece que también son importantes. Ocio y ganas de discutir.


martes, 5 de febrero de 2008

Misterios sin Disolver... Nacida para ser violada...

En 1917, hartos robolucionarios y dos que tres decentones idealistas (todos, del bando de Carranza, Obregón y anexas), dizque tenían que hacer una nueva ley suprema porque la anterior (de 1857) nomás no era respetada y era anacrónica y demás rollos usuales cuando se quiere establecer una norma nuevecita, “moderna”.
Así, el 5 de febrero de ese año nació la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que por supollo el tlatoani del momento (el barbón de Coahuila Carranza te pego en la panza) tuvo que darle el visto bueno, aunque no estaba de acuerdo en varios artículos.
Es innegable que ese nueva señora llamada simplemente Constitución (con la “c” en mayúscula para no digan que no la respetamos), tenía varios “avances” con respecto a la anterior: la educación laica, la soberanía de la nación sobre los recursos naturales, reconocimiento de los derechos de obreros y campesinos (la huelga, jornada laboral de 8 o nueve horas, prohibición de latifundios e institucionalización de los ejidos, etcétera, etcétera, etcétera).
Estos “avances” han sido a veces interpretados como una vil maniobra para quitarles la bandera de lucha a los revoltosos Villa, Zapata o Flores Magón, y tan fue así que no se aplicaron ni por equivocación, (hasta que llegó mi general Cárdenas y medio las hizo cumplir con algunos resultados positivos y otros no tanto).
En el papel, las "reinvindicaciones del pueblo" (por decirles de alguna manera) habían triunfado, pero.... del dicho al hecho.... (ya saben que sigue). Así que el señor Carranza nomás se hizo de la vista gorda: no acabó con latifundios, las compañías petroleras extranjeras seguían gozando alegremente del petróleo, los curitas y monjitas seguían enseñando... Y a los obreros medio les cumplió, pero nomás porque ya tenía en mente ganárselos a su causa: quien controlaba a los obreros, se ganaba las zonas urbanas. (Y si alguien lo duda, me remito nuevamente a Lázaro –el chido, no la mula que gobierna ahorita Michoacán– que con la CTM acabó por consolidar al papá del RIP).
Así pues, amigochos y amigochas, la doña Constitución desde que se creó nomás nunca se ha cumplido (de repente nomás a medias) y a cada ratón vaquero la modifican a su antojo para que no se vea tan gacha la violada colectiva que le ponen un día sí y el otro también nuestros impíos políticos.
Diría que no nos engañemos, que lo mejor sería hacer una nueva constitución, pero no dudo ni tantito que el Pelele Calderón, o el que tenga las nylon en la silla presidencial haría exactamente lo mismo que Carranza: violarla desde el primer día... ¿Tons cuál es la solución? No lo sé, nomás me gusta ser catastrófico.
PD. Claro, para violar la Constitución se necesita tener lana, influencias y hartos contactos (poder político, pues). Simples mortales como su servilleta muy apenas podemos violar el reglamento de tránsito... y eso si no nos cacha un tamarindo.
En nuestro siguiente capítulo: Cuando los ídolos caen...

domingo, 3 de febrero de 2008

1812

Nunca he entendido por qué los gringos odian tanto a Napoleón Bonaparte. Como buena fanática de la cultura francesa (excepto por los puddles franceses que no son perros, son ratas con algodón), siempre me ha gustado mucho ese personaje: su actitud realmente racional y a la vez intrépida, sinónimo de autoridad. Qué se yo.

De manera muy simplista, la misma revolución que derrocó al Antiguo Régimen (Ancient régimen) fue la que le posibilitó ser el Emperador de Europa. Ya con el triunfo de la revolución, vino una última etapa, conocida como el Régimen del terror, impuesto por Robespierre y la parte más radical de los jacobinos (que ya en sí eran radicales, y no estamos hablando de meramente entrar a gritar a catedral, noooooo, sino de cortarles las cabezas a todo el que fuera "traidor a la república"). Viendo su extremismo, los girondinos decidieron hacer frente común y ponerles un estatequieto, por lo que derrocaron a Robespierre (otra figura también muy odiada por la cultura anglosajona) y se impusieron, instaurando un organismo de gobierno llamado "El Directorio".

Uno de los miembros del este Directorio, que era una especie de poder ejecutivo en varias personas, era precisamente Napoleón, quien decidió hacer un golpe de Estado, ya que era un militar de altos vuelos y baja estatura; eligió el día 18 del Brumario, según el calendario de la revolución y así él instauró la época del Consulado, siendo el Primer Consul.

En 1804, teniendo al ejército como su soporte, se le proclama Emperador de los franchutes, siendo el año que inició sus intentos expansivos de su imperio. En 1805 se impuso en Italia, de la cual se coronó como su Rey e instauró su casa de campo: España y Portugal fueron suyos en 1808 y para ese año tenía dominada o en la mira a toda Europa.

De orígenes humildes, fue formado por una cultura y educación muy "ilustrada". Cuando fue Cónsul impulsó la educación laica y gratuita; desafió la autoridad del Papa al coronarse el mismo; promovió sistemas de salud públicos; promovió la cultura y obviamente sus inicios revolucionarios se mantuvieron en el Código Napoleónico que a la fecha es casi la base legal de la mayoría de las legislaturas occidentales.

No mantuvo su idea de una república, eso sí; como buen franchute le ponía los cuernos a Josefina con cuanta vieja pudo y pos se terminó divorciando de ella, aunque todos su biógrafos reconocen que fue el amor de su vida y nunca dejó de verla. Su imperio fue la caída del español, que perdió sus colonias americanas por su causa. Murió en el exilio, lejos de su Francia, recordando su conquista de Egipto, pero quizá obsesionado con su derrota.

Conquistó toda Europa, pero no pudo contra el clima ni el mar. Trató lo más posible de no enfrentar a los ingleses sabiendo que su punto débil era la marina. Buscó la forma de entrar a Rusia y terminó congelado. Fue en 1812, en donde un pueblo, apoyándose de que la naturaleza les dio nieve y no limones, cuando comenzó la caída de su breve imperio.

Casi 70 años después, un compositor gay trató de glorificar esa batalla haciendo un juego musical entre un himno religioso ruso y la Marsellesa. Ahora todos conocen la "canción" (que en realidad es una pieza de música clásica) como "la rola de V de Vendetta". Eso no le quita la magia, al contrario. Nos encantaría ver cómo el pueblo se levanta contra quien lo subyuga, y si tiene explosiones de lado, qué mejor.

OJO: quien no ha visto V de vendetta, no vea el video...